sábado, 20 de abril de 2013

IMPORTANCIA DE LA DANZA  FOLKLORICA EN LA EDUCACIÓN



La danza folklórica forma parte de las expresiones artísticas que ha expresado el hombre desde sus orígenes. En particular en nuestro país es un género que en las diferentes regiones refieren a nuestras tradiciones ancestrales, desde la vestimenta, los pasos y los movimientos, cada una con un estilo o toque personal dependiendo del estado en el que se encuentre. La danza ayuda al desarrollo de las personas como seres humanos ya que mediante ella se expresan emociones y definen su identidad nacional.
 



En la educación la danza juega un papel muy importante pues permite la expresión de los alumnos mediante movimientos al ritmo de una pieza musical. Como expresión artística este conjunto de música y danza conjuga dos expresiones que permiten transmitir una gran variedad de expresiones y sensaciones.

Este blog tiene como finalidad destacar la importancia de la danza folklórica para la formación de los niños ya que muchas veces se considera que esta no aporta grandes beneficios. Existen autores que han demostrado lo contrario, como es el caso de Rudolph Laban pionero de origen húngaro, quien percibe que los beneficios de la danza en la educación son trascendentales ya que emergen aprendizajes a los que se pueden denominar alegría del movimiento. Su enseñanza reposa sobre el principio de devolver al movimiento expresivo y a la danza toda su importancia en el plano educativo y terapéutico, así como su consideración como medio de despertar sensaciones agradables de orden estético.  

Laban concibe el movimiento como un arte. Deseoso de comprender los secretos del movimiento expresivo, su intención era liberarlo de codificaciones que lo aprisionaban y devolverle así su valor, identificándolo con lo más esencial del hombre: la forma de pensar y la forma de actuar. 

La escuela primaria es un espacio donde los alumnos tienen la oportunidad de conocer a través de contendidos que favorecen aprendizajes y el desarrollo de competencias para la vida. Como parte de esta educación integral el niño también tiene la oportunidad de adquirir habilidades y destrezas que estimulen su creatividad e imaginación, es decir, la educación artística. Esta asignatura se organiza en cuatro formas de expresión de la que la expresión corporal y la danza forman parte.  

Dado que la escuela es una parte medular para su desenvolvimiento, crecimiento y desarrollo, los maestros somos participes directos de estos cambios, así que si el niño canta, pinta, baila y actúa entonces es recomendable que la Educación artística sea tomada en cuenta como una asignatura necesaria para su formación y no como relleno.  

Así lo establece Aguilar al decir que “la característica peculiar de la asignatura de educación artística es que pone mayor énfasis en la vida emotiva de los alumnos, que muchas veces menospreciada pero que es fundamental tanto para el desarrollo del individuo como para la propia construcción del conocimiento” (2007: 7)


Todas las personas nos expresamos corporalmente de diferentes maneras, desde nuestro nacimiento y hasta el día en que morimos. Se sabe también que cuando el ser humano, como tal, apareció sobre la tierra sus primeras expresiones fueron los movimientos gestuales y corporales en general. De todas esas expresiones corporales, se ha comprobado que ninguna ha alcanzado mayores alturas que la danza. Expresión ésta, que hoy por hoy se nos muestra naturalmente consolidada, determinando significativamente las características particulares entre una cultura y otra.
En este sentido y tomando en cuenta las 4 manifestaciones artísticas, la danza en la escuela ha sido una de las actividades que pocas primarias llevan a cabo. En la mayoría sólo intentan hacer uso de este medio expresivo cuando van a presentar actividades cívicas, culturales y artísticos; sin darse cuenta cabal que los niños son un importante potencial creativo para dar forma y sentido a una pieza musical folklórica. Ello porque la expresión corporal es su principal medio de lenguaje, pero en la práctica está olvidada.



La práctica actual de la danza y la música folklóricas en las escuelas primarias es una tarea estimulante para quien la práctica y para quien la enseña, pues se obtienen resultados en beneficio no sólo de un prestigio cultural y social, sino por lo que significa en términos del rescate y la preservación del folklore nacional y que éste no se deforme ni se pierda, sino por el contrario, que trascienda y que el niño encuentre sentido de pertenencia e identidad nacional.

Desde esta perspectiva es evidente que utilizar la danza folklórica como herramienta, es una propuesta educativa y cultural que se concreta en actividades creativas, en las cuales cada niño se enriquece, se sensibiliza e imagina, de manera que aprende a escucharse y a apreciarse a sí mismo y a los otros, a expresarse y a compartir sensaciones, sentimientos y visiones del mundo que lo toca, que lo conmueve.
No perdamos de vista que, en términos genéricos, todo lo que produce una comunidad es cultura.
No se pretende la formación de bailarines, sino la formación de personas capaces de contruir un lenguaje en movimiento que se relacione con la producción artística y cultural de un marco pedagógico de formación de formadores, y si la escuela es un espacio propicio, seria importante hacer uso de ella, con seres humanos que apeas están conociendo el mundo que los rodea.


 

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