sábado, 20 de abril de 2013

DEL MOVIMIENTO A LA DANZA 

El movimiento corporal en el individuo es un acto natural que forma parte de cualquier proceso de aprendizaje, sea de desarrollo psicomotriz, desarrollo físico o incluso intelectual. Si a este movimiento natural del niño le incluimos melodías y sonidos, este movimiento natural se enriquece con el ritmo musical y se transforma en movimiento rítmico o movimiento musical. Con el cual se expresan sensaciones y emociones a los demás. Para Emile Jacques-Dalcroze (Jacques-Dalcroze, 1965) existe una conexión instintiva entre el hecho sonoro y el movimiento corporal, de manera que las impresiones musicales despiertan imágenes motrices y la música no se percibe sólo con el oído, sino con todo el cuerpo. El cuerpo se convierte así en un gran oído interior, hasta el punto de que cualquier hecho musical, sea de carácter rítmico, melódico, armónico, dinámico o formal, puede ser representado con hechos corporales (Martin, 2005).

Dentro del propio movimiento, se pueden distinguir diferentes factores los cuales forman parte de la formación y educación del niño: 
  • Objeto que se mueve (persona, personas, o incluso con complementos) 
  • Dirección (espacio y sentido) 
  • El grado de energía (intensidad)
  •  Tiempo (duración) 
El concepto de tiempo, con el que se relacionan tanto la velocidad del movimiento como su duración, y sólo mediante ésta se pueden captar aspectos del mismo. La conciencia del tiempo es difícil de adquirir; sin embargo, es posible experimentar la percepción temporal de forma inmediata, instintiva y consciente a la vez, cuando los movimientos corporales se unen al ritmo, puesto que el ritmo natural se encuentra en todo ser humano.

Además, todo movimiento corporal tiene necesidad de espacio, concepto que conviene medir bajo distintos parámetros. Se entiende aquí por espacio el entorno en el que nos desenvolvemos. Se puede hablar de espacios pequeños, grandes, abiertos, cerrados…; pero el tipo de espacio que nos interesa destacar es el que está en relación con la persona. Existe un espacio personal que está inscrito en el propio cuerpo. A efectos del movimiento rítmico, se produce al conectar entre sí elementos corporales; por ejemplo, cuando se percuten palmas, chasquidos con los dedos, etc. Existe también un espacio parcial, el espacio inmediato al cuerpo, que comprende el espacio que nos rodea cuando no nos desplazamos. Los conceptos de derecha-izquierda, arriba-abajo, delante-detrás, centro, alrededor, etc. pertenecen a este espacio próximo. También se conectan, en relación con este espacio, los tres niveles de planos: alto, medio y bajo. El conocimiento del espacio total, o espacio abarcado por el desplazamiento corporal, descentraliza a la persona de su yo, le ayuda a tomar conciencia de su lugar en relación con los demás y a utilizar el espacio de forma diferente. Su práctica incluye desplazamientos en diagramas geométricos curvos —círculos, espirales, arcos...—, rectos —líneas rectas, paralelas, diagonales; cuadrados, guardas, arabescos....—, evoluciones… Es, en definitiva, el espacio en el que se realiza el movimiento rítmico y la danza.

. De esta manera, los planteamientos metodológicos que se presentan a través del movimiento ayudan a los alumnos no sólo a desinhibirse, y como consecuencia a expresarse corporalmente con mayor desenvoltura, sino a estar en consonancia con el hecho sonoro. Por eso Martin (2005) señala que es importante el uso de los sonidos en todos los planteamientos didácticos

 Probst (2008) lanza una propuesta de “Taller de movimiento y danza: dar forma y figura al movimiento”, en el cual insiste sobre la importancia de conocer los aspectos teóricos de la danza y llevarlos a la práctica, utilizando el movimiento como herramienta de creación para la danza, unificando teoría práctica de movilidad y movimiento. 

En la pedagogía deportiva el taller de trabajo ya ha sido tratado (Landau, 1995; Laging, 1997; en Miedzinski, 2006). Ya que el concepto de taller se unas en el marco de la discusión sobre utilizar y transmitir en el movimiento, en el juego y en el deporte. Por ello, actualmente es muy común utilizar la herramienta de “taller deportivo en …” según la modalidad deportiva en cuestión, con el principal objetivo de facilitar el aprendizaje deportivo al niño a través del movimiento rítmico en formas jugadas. 

LA DANZA COMO ACTIVIDAD EDUCATIVA

La definición de danza sea cual sea la fuente de información utilizada, está formada por los elementos de movimiento corporal, ritmo, música y expresión o comunicación. De hecho la danza puede definirse de diversas formas, según el punto de vista que se adopte. Según Martin (2005) de una manera amplia, se puede decir que la danza es un arte visual que se desarrolla en el tiempo y en el espacio y se asocia a la música e incluso a la palabra.
    
Antes de comenzar a analizar el contenido y la temática de los artículos considerados en esta revisión, cabe destacar la estrecha relación existente entre la danza y la formación integral de la persona, tal y como afirma Ferreira (2008) y complementa Añorga (1997) con “la formación integral está definida como la formación física, intelectual, técnica, político-ideológica, estético-artística”, ya que la danza está enmarcada en la formación estético-artística.

    Tal es así, que García Ruso (1997) analiza la danza desde la perspectiva integral, contemplando los siguientes aspectos: actividad humana universal, actividad que se extiende a lo largo de la Historia de la humanidad, a lo largo de todas las edades, en ambos sexos y en todo el planeta; actividad motora, ya que utiliza al cuerpo como instrumento a través de técnicas corporales específicas, expresa ideas, emociones y sentimientos y está condicionada por una estructura rítmica; actividad polimórfica, ya que pude presentar múltiples formas (arcaicas, clásicas, modernas, populares, ...); actividad polivalente, ya que puede abarcar diferentes dimensiones como el arte, la educación, el ocio y la terapia; actividad compleja porque conjuga e interrelaciona factores biológicos, psicológicos, sociológicos, históricos, estéticos, morales, políticos, técnicos, geográficos, y porque aúna la expresión y la técnica y puede ser individual o colectiva.

Completando en algunos aspectos la categorización de García Ruso y confirmándolos en otros, Kraus (1969; en Fuentes, 2006) define los siguientes factores inmersos en el término danza:  

Uso del cuerpo humano, considerando por tanto a la danza como una actividad humana. Se extiende a través del tiempo, ya que no es un simple gesto o un simple instante sino que es una secuencia continúa de actividad pudiendo comprender desde unos pocos momentos hasta varias horas o días. Existe en el espacio, la danza es tridimensional y puede participar de diversos espacios. Acompañada por el ritmo, ya que la mayoría de las danzas tiene un determinado patrón rítmico, definido por una música, una percusión o un golpeo. Incluso aquellas danzas que se realizan en silencio suelen tener internamente una determinada estructura rítmica. Sirve para comunicar, la mayoría de las danzas tienen una intención comunicativa, desde las danzas pantomímicas o de caracterización, pasando por el ballet clásico, hasta las que procuran la expresión de una emoción personal o una exuberancia física.
 
    Tiene un determinado estilo y forma de movimientos, la mayoría de las danzas tienen un estilo característico de movimiento con una determinada estructura o forma, pudiendo encontrarse desde patrones de gestos o pasos como los que se dan en danzas de tipo étnico o social hasta los cuidados y precisos movimientos individuales o colectivos que podemos encontrar en una secuencia coreografiada de algún espectáculo de danza.

En Fuentes (2006), aparecen descritas en forma de conclusión diferentes connotaciones pedagógicas de la danza desde su perspectiva de actividad-experiencia educativa:
  1. La danza es una actividad tradicionalmente vinculada a la educación y a la educación física y artística en particular, así ha quedado de manifiesto una vez explorada su presencia dentro del pensamiento pedagógico a través de la historia.
  2. Entendemos que la danza tiene validez pedagógica porque a través de su práctica puede incidirse en los siguientes aspectos propios de la educación física integrada:
    • adquisición y desarrollo de las habilidades y destrezas básicas
    • adquisición y desarrollo de tareas motrices específicas
    • desarrollo de las cualidades físicas básicas
    • desarrollo de capacidades coordinativas
    • adquisición y desarrollo de habilidades perceptivo-motoras
    • conocimiento y control corporal en general
    • el pensamiento, la atención y la memoria
    • la creatividad
    • aumento de las posibilidades expresivas y comunicativas
    • favorecer la interacción entre los individuos
  3. La danza tiene validez pedagógica porque puede fomentar el sentido artístico a través de la propia creación (realización de danzas coreografías propias) y de la apreciación de otras creaciones externas (apreciación y crítica de coreografías y danzas ajenas).
  4. La danza tiene validez pedagógica ya que mediante su práctica se puede incidir en la socialización del individuo.
  5. La danza tiene validez pedagógica ya que puede ser un factor de conocimiento cultural además, puede ser un factor de educación intercultural favoreciendo el conocimiento y la aceptación y tolerancia de la realidad pluricultural de la sociedad actual.
Es importante destacar la afirmación de Jaramillo y Murcia (2002), sobre la esfera de la danza, la cual es una alternativa de la educación, sustentada desde algunas reflexiones sobre lo educativo, la realidad contextuada, la validación de mensajes, la educación desescolarizada y el papel que esta juega en estos escenarios de lo educativo.


 

IMPORTANCIA DE LA DANZA  FOLKLORICA EN LA EDUCACIÓN



La danza folklórica forma parte de las expresiones artísticas que ha expresado el hombre desde sus orígenes. En particular en nuestro país es un género que en las diferentes regiones refieren a nuestras tradiciones ancestrales, desde la vestimenta, los pasos y los movimientos, cada una con un estilo o toque personal dependiendo del estado en el que se encuentre. La danza ayuda al desarrollo de las personas como seres humanos ya que mediante ella se expresan emociones y definen su identidad nacional.
 



En la educación la danza juega un papel muy importante pues permite la expresión de los alumnos mediante movimientos al ritmo de una pieza musical. Como expresión artística este conjunto de música y danza conjuga dos expresiones que permiten transmitir una gran variedad de expresiones y sensaciones.

Este blog tiene como finalidad destacar la importancia de la danza folklórica para la formación de los niños ya que muchas veces se considera que esta no aporta grandes beneficios. Existen autores que han demostrado lo contrario, como es el caso de Rudolph Laban pionero de origen húngaro, quien percibe que los beneficios de la danza en la educación son trascendentales ya que emergen aprendizajes a los que se pueden denominar alegría del movimiento. Su enseñanza reposa sobre el principio de devolver al movimiento expresivo y a la danza toda su importancia en el plano educativo y terapéutico, así como su consideración como medio de despertar sensaciones agradables de orden estético.  

Laban concibe el movimiento como un arte. Deseoso de comprender los secretos del movimiento expresivo, su intención era liberarlo de codificaciones que lo aprisionaban y devolverle así su valor, identificándolo con lo más esencial del hombre: la forma de pensar y la forma de actuar. 

La escuela primaria es un espacio donde los alumnos tienen la oportunidad de conocer a través de contendidos que favorecen aprendizajes y el desarrollo de competencias para la vida. Como parte de esta educación integral el niño también tiene la oportunidad de adquirir habilidades y destrezas que estimulen su creatividad e imaginación, es decir, la educación artística. Esta asignatura se organiza en cuatro formas de expresión de la que la expresión corporal y la danza forman parte.  

Dado que la escuela es una parte medular para su desenvolvimiento, crecimiento y desarrollo, los maestros somos participes directos de estos cambios, así que si el niño canta, pinta, baila y actúa entonces es recomendable que la Educación artística sea tomada en cuenta como una asignatura necesaria para su formación y no como relleno.  

Así lo establece Aguilar al decir que “la característica peculiar de la asignatura de educación artística es que pone mayor énfasis en la vida emotiva de los alumnos, que muchas veces menospreciada pero que es fundamental tanto para el desarrollo del individuo como para la propia construcción del conocimiento” (2007: 7)


Todas las personas nos expresamos corporalmente de diferentes maneras, desde nuestro nacimiento y hasta el día en que morimos. Se sabe también que cuando el ser humano, como tal, apareció sobre la tierra sus primeras expresiones fueron los movimientos gestuales y corporales en general. De todas esas expresiones corporales, se ha comprobado que ninguna ha alcanzado mayores alturas que la danza. Expresión ésta, que hoy por hoy se nos muestra naturalmente consolidada, determinando significativamente las características particulares entre una cultura y otra.
En este sentido y tomando en cuenta las 4 manifestaciones artísticas, la danza en la escuela ha sido una de las actividades que pocas primarias llevan a cabo. En la mayoría sólo intentan hacer uso de este medio expresivo cuando van a presentar actividades cívicas, culturales y artísticos; sin darse cuenta cabal que los niños son un importante potencial creativo para dar forma y sentido a una pieza musical folklórica. Ello porque la expresión corporal es su principal medio de lenguaje, pero en la práctica está olvidada.



La práctica actual de la danza y la música folklóricas en las escuelas primarias es una tarea estimulante para quien la práctica y para quien la enseña, pues se obtienen resultados en beneficio no sólo de un prestigio cultural y social, sino por lo que significa en términos del rescate y la preservación del folklore nacional y que éste no se deforme ni se pierda, sino por el contrario, que trascienda y que el niño encuentre sentido de pertenencia e identidad nacional.

Desde esta perspectiva es evidente que utilizar la danza folklórica como herramienta, es una propuesta educativa y cultural que se concreta en actividades creativas, en las cuales cada niño se enriquece, se sensibiliza e imagina, de manera que aprende a escucharse y a apreciarse a sí mismo y a los otros, a expresarse y a compartir sensaciones, sentimientos y visiones del mundo que lo toca, que lo conmueve.
No perdamos de vista que, en términos genéricos, todo lo que produce una comunidad es cultura.
No se pretende la formación de bailarines, sino la formación de personas capaces de contruir un lenguaje en movimiento que se relacione con la producción artística y cultural de un marco pedagógico de formación de formadores, y si la escuela es un espacio propicio, seria importante hacer uso de ella, con seres humanos que apeas están conociendo el mundo que los rodea.